Dirigido por Tom Rosenstiel y Amy Mitchell, del Proyecto para la Excelencia en Periodismo, se ha publicado el informe anual de 2001 sobre el Estado de los Medios de comunicación estadounidenses. En los siguientes post, se dará un avance sobre las tendencias y paralelismos que pueden extrapolarse a los medios españoles.
A grandes rasgos, y como resultado de la aplicación de una serie de
medidas, el estado de los medios de comunicación estadounidenses mejoró
en 2010.
Después de dos años terribles para los medios y el periodismo, la
mayoría de los sectores de la industria periodística han registrado
ingresos por lo que comienzan a recuperarse de la crisis bicéfala
(económica y del sector). Con algunas excepciones, los recortes en las
redacciones se han aliviado. Las acciones estratégicas continúan,
algunos, basándose en experimentos con modelos nuevos de ingresos y que
empiezan a dar signos de “brotes verdes”.
Entre los principales sectores de la industria, todavía en 2010, los
periódicos han sufrido una continua disminución de sus ingresos, lo que
es una señal inequívoca de que los problemas estructurales económicos a
los que se enfrentan los periódicos son más severos que las de otros
medios de comunicación. Los resultados finales arrojan una estimación
que entre 1.000 y 1.500 puestos de trabajo de las redacciones se han
perdido. Esto significa que las salas de redacción de periódicos son un
30% menos que en 2000.
Sin embargo, bajo este panorama, un reto fundamental para el
periodismo se hizo más claro en el último año. El mayor problema no es
la falta de público, ni siquiera la falta de experimentos con nuevos
ingresos. Es posible que en el entorno digital, la industria de las
noticias ya no esté controlando su propio futuro.
Las organizaciones de noticias – viejos y nuevos medios- todavía
producen la mayor parte del contenido que las audiencias consumen. Sin
embargo, cada avance tecnológico ha añadido una nueva capa de
complejidad y un nuevo conjunto de webactores (como los define Francis Pisani) – conectan el contenido a los consumidores y anunciantes.
En el espacio digital, las organizaciones que producen las noticias
cada vez se basan en redes independientes para vender sus anuncios.
Dependen de los agregadores (como Google) y las redes sociales (como
Facebook) para llevar una parte importante de su audiencia. Y ahora,
como el consumo de noticias se vuelve más móvil, las agencias de
noticias deben seguir las reglas de juego de los fabricantes de
dispositivos (como Apple) y desarrolladores de software (Google, otra
vez) para ofrecer su contenido. Cada nueva plataforma a menudo requiere
un nuevo programa de software. Y los nuevos webactores quieren tener una
parte de los ingresos y en muchos casos, además, el control de los
datos de audiencia.
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